Kirill Dmitriev, Director del Fondo de Inversión Directa de Rusia, (RDIF, por sus siglas en en inglés), aseguró que el grupo de países denominado BRICS podría crear su propia criptomoneda como alternativa al dólar estadounidense. El grupo fue conformado en 2008 por Brasil, Rusia, India, China, y, dos años después, se les unió Sudáfrica.
Esta podría ser una herramienta poderosa para integrarse al comercio internacional, ya que la criptomoneda podría ser emitida por un banco central. Además, ayudaría a países como Rusia a paliar las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y sus aliados.
Según señala Dmitriev en un comunicado de prensa, el concejo para el comercio y negocios de la coalición de países podrá discutir acerca de la criptomoneda en cuestión, explicando además que la asociación de países se concentra en las respectivas monedas nacionales de cada país integrante, pero que las criptomonedas pueden implementarse adquiriendo diferentes y separados valores; comentario en el que no ahondó sobre cuál serían las tasas de cambio.
Sin embargo, son altas las posibilidades de que la criptomoneda esté tasada según los parámetros de los Derechos Especiales de Giro, método que enlaza los valores del dólar, la libra británica, el yen japonés y el euro.
Cabe mencionar que el grupo BRICS opera el New Development Bank (NBR), donde mantienen una reserva de las monedas de los países que la conforman como alternativa al Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, para así fomentar su desarrollo económico. El banco cuenta con 100.000 millones de dólares en un fondo de reserva, bajo el Acuerdo de Reservas de Contingencia (ARC), que pretende aliviar las presiones en la liquidez y solvencia de los países en un corto plazo. La nueva criptomoneda parece dirigida, en parte, a los mismos objetivos.
El mismo reporte señala que Nikolay Nikiforov, Ministro de Comunicaciones de Rusia, aseguró el pasado lunes que la institución gubernamental que preside podría regular muy pronto la circulación de criptomonedas en Rusia, apuntando coincidentemente con el grupo BRICS en que la expansión del comercio internacional es la primera ventaja de las criptomonedas, pues en unos años existirán de 20 a 30 instrumentos financieros además de las ICO, ofertas iniciales de moneda.
Fue en mayo de este año que China y Rusia estrecharon sus relaciones comerciales aun más, permitiéndose mutuamente realizar negocios con las monedas respectivas de cada país, pues el dólar se ha convertido de alguna manera en un impedimento económico para ellos, que cada vez expanden más su economía. China, particularmente, anunció tener planes para comerciar petróleo con el yuan, haciéndolo convertible al oro en las casas de cambio de Shanghái y Hong Kong.
Los países involucrados han estado haciendo esfuerzos por regular las criptomonedas y a blockchain, indistintamente del alcance de dichas disposiciones legales y de cómo afecten los mercados. Rusia no compartía el uso de las criptomonedas en su economía nacional hasta hace un año, pero sin duda ahora se ha convertido en un importante factor en el ecosistema, incluyendo iniciativas de sus bancos privados y entidades financieras gubernamentales. China, por su parte, ha sido mucho más restrictivo, aunque es una de las mecas mundiales para las criptomonedas dado los niveles de comercialización que las mismas poseen en ese mercado. Recientemente, el país asiático prohibió la celebración de rondas de financiamiento inicial para proyectos blockchain, presuntamente obligando a diversas empresas a reintegrar los fondos de lo recaudado a los inversionistas.
Por otro lado, aunque Brasil no ha hecho grandes esfuerzos por adoptar las criptomonedas, el ecosistema está creciendo y cada vez más habitantes de la región se muestran interesados en las posibilidades financieras de estos instrumentos. Más allá de eso, las autoridades estatales han tomado la iniciativa de aplicar blockchain en diferentes sectores operativos gubernamentales.