Si tuviese la oportunidad de viajar a Las Vegas, paraíso del placer y el juego en Estados Unidos, ¿qué le parecería poder disfrutar de ciertas diversiones utilizando criptoactivos? Esta no es una pregunta retórica, pues ya existe un club nocturno en la ciudad del pecado que tiene su propia moneda y acepta bitcoins como medio de pago para sus servicios.
Desde mayo, The Legends Strip Club está utilizando criptoactivos para sus operaciones como consumos y bailes privados y la membresía VIP del club puede obtenerse con el criptoactivo del local, The Legends Room (LGD), soportada en Ethereum, -con un valor de 1,47 dólares por ficha y 2.947.880 de capitalización– y que ha tenido un comportamiento reseñable en Bittrex en días pasados.
Con la membresía del club, valorada en unos 5.000 dólares, los clientes tendrán acceso privado a un área creada para celebridades y famosos deportistas, y además recibirán 50% de descuento en todos los servicios del club menos en el juego. Además, podrán rentar su membresía cuando así lo deseen.
La afiliación se ejecuta con la adopción del criptoactivo. Usted recibirá la app Legends Room, similar a una billetera digital o pasaje de embarque de línea aérea para mostrar para su entrada. Las fichas digitales también pueden ser utilizadas en la sala principal por los no miembros para servicios de club excepto juegos. Los dólares de los bailes ahora son digitales.
Los criptoactivos son una realidad: bitcoin ya ha sobrepasado el topoe de 4.000 dólares por moneda, algunos países como Japón son pioneros en adopción y regulación y en todo el mundo, estos instrumentos cobran gran interés. Ofertas Iniciales de Criptoactivos (ICO, por sus siglas en inglés) emergen mes a mes, rompiendo récords de recaudación y financiando proyectos de muy diversa índole y las apuestas y los placeres no podían quedarse por fuera de la gran fiebre.
La idea es que los entusiastas de los criptoactivos tengan en el Legends un espacio donde poder utilizar sus criptomonedas, mostrando una nueva perspectiva de uso de los criptoactivos que podría cambiar también la manera en la que se relacionan las bailarinas del local con los usuarios.
Y es que para nadie es un secreto que los servicios que ofrecen este tipo de establecimientos son un dolor de cabeza a la hora de justificar las cuentas, sobre todo para aquellos que quieren mantener la mayor discreción en torno a lo que sucede en el interior de los locales. Poder captar millennials y entusiastas de la tecnología y brindarles mayor privacidad y confort son algunos de los objetivos.
Nick Blomgren, fundador de Legends Room, explicó este punto: “La primera pregunta que me hacen en el club cuando usan una tarjeta de crédito es: ‘¿Qué dice su recibo sobre la declaración?’ Así que si puedes usar bitcoin, bueno, no hay problema”.
Lo que pasa en Las Vegas se queda allí y las criptomonedas pueden ayudar a que este mantra se sostenga de mejor manera: se eliminan los intermediarios, la emisión de facturas de consumo, se conserva el anonimato de quienes pagan los servicios y se brinda una experiencia innovadora, una de las principales búsquedas de quienes van a esta ciudad estadounidense.
Sin embargo Legends seguirá aceptando efectivo y tarjetas de crédito para todas las transacciones, incluyendo la compra de membresías. El establecimiento también tiene un cajero automático de bitcoin en el lobby, y los usuarios que así lo deseen podrán cambiar sus bitcoins por LGD (1BTC = 150 LGD).
La del Legends es una propuesta innovadora, que demuestra que los criptoactivos tienen mucho que decir como nueva forma de pago sin intermediarios, sin fronteras y con máxima privacidad.
La iniciativa reafirma la naturaleza dúctil de los criptoactivos que pueden servir como medio de inversión y también como vehículo del placer, e incluso, a partir de un buen manejo de la imagen y la confiabilidad del producto, para financiar proyectos alocados como el Useless Token, una sátira de la fiebre de las ICO y que recaudó más de 60.000 dólares para un “desconocido” que, según la oferta, usaría los criptoactivos para comprar tecnología.