Las aplicaciones de mensajería y las redes sociales han cambiado el paradigma de la comunicación humana, distribuyendo y descentralizando la información. No obstante, este tipo de herramientas operan bajo sistemas centralizados que han logrado monopolizar el mercado y retrasar el crecimiento de pequeños desarrolladores. Frente a esta realidad, la aplicación de mensajería Kik tendrá su propio token en la blockchain de Ethereum, apostando por una economía de recompensas sin fines de lucro.
Kik es la séptima aplicación de redes sociales más utilizada en el mundo con 15 millones de usuarios activos y con un crecimiento acelerado en la población juvenil. El objetivo de la empresa desde su constitución ha sido crear una plataforma de información descentralizada con un ecosistema de comunicación y comercio abierto. Por ello, la compañía creó el criptoactivo Kin, que trabajará en la blockchain de Ethereum bajo el token ERC20.
Kin es un token de fuente abierta que puede ser utilizado tanto para el chat de la aplicación, en pagos de transacciones y para realizar movimientos en las redes sociales. Además, podrá ser intercambiada por otras criptomonedas, transferida entre usuarios y estará caracterizada por ser un suministro fijo. Kin servirá para pagar transacciones, adquirir servicios digitales e inter-operar con otras aplicaciones desde la plataforma de Kik y la blockchain de Ethereum.
De esta manera, el chat tendrá incorporado su propio monedero en donde los clientes podrán almacenar sus kin para pagar stickers e incorporar nuevas herramientas a los chats. “Integrando la cartera Kin a la aplicación, se convertirá en una de las más adoptadas y usadas carteras de criptomonedas del mundo”, asegura el grupo Kin.
Kin, a su vez, será un criptoactivo que opere bajo un sistema de recompensas, o como lo llaman la empresa: una “ingeniería de recompensas”; iniciativa basada en la recompensa de bloques que reciben los mineros de la blockchain. De esta forma, la aplicación enviará puntos y premios Kik a todos sus usuarios dependiendo de los intercambios públicos que la persona realice. Para hacer posible esta familiarización y popularización del uso de esta moneda, la compañía ha decidido lanzar una Oferta de Moneda Inicial (ICO) que se llevará a cabo entre junio y septiembre de este año.
El ICO de Kin funcionará dando una cantidad diaria de tokens a los usuarios que será proporcional a la cantidad de transacciones realizadas en el servicio digital. Es decir, si un usuario realiza un 10% de operaciones con la aplicación, recibirá a su vez un 10% de Kin al inicio del día; lo que le permitirá adquirir servicios adicionales a los de mensajería e incluso conectarse a otras redes sociales.
La idea de este ICO y del criptoactivo nació en 2014. Los desarrolladores de Kik lanzaron el Kikpoint, una unidad que servía para adquirir herramientas y artículos especiales de la aplicación con la finalidad de aumentar la interacción entre los usuarios. Los resultados fueron sorprendentes e inesperados, los intercambios públicos fueron tres veces más altos que el volumen global de transacciones de Bitcoin, asegura la compañía.
Los empresarios consideran que el token Kin puede construir una economía “sin gobernanza, descentralizada y autónoma” gracias a este sistema de recompensas. Por ello, también han creado la Fundación Kin, que es una organización sin fines de lucro que se encargará de manejar inicialmente al criptoactivo y fortalecer la ingeniería de recompensas para que otros servidores digitales se unan al ecosistema y adopten la moneda.
Ted Livingston, CEO de Kik, explicó para una entrevista que estas medidas son esenciales para crear un ecosistema más confiable y descentralizado en las aplicaciones especializadas en comunicación. Todo esto con la finalidad de des-monopolizar y monetizar el mercado de las aplicaciones, abriendo posibilidades a los pequeños y medianos empresarios y desarrolladores.
Creemos que esto (sistemas y mercados centralizados) está dando lugar a un futuro para los consumidores y para la sociedad que tiene menos opciones, menos innovación y, en definitiva, menos libertad.
Ted Livingston
La finalidad de la Fundación Kin es crear un mercado más inclusivo y libre para que la economía crezca sin la necesidad de ser manejada o manipulada por un grupo limitado de personas, sino por una comunidad interesada en generar la misma cantidad de ofertas y oportunidades para todo el sector.
Debido a esta naturaleza, Kin estará al mando del proyecto tan sólo en su fase inicial. O sea, hasta que la moneda criptográfica sea adoptada por otros servicios digitales y pueda ser automatizada por medio de contratos inteligentes.
Asimismo, Kik propone que los usuarios podrán utilizar su identidad para monetizar su popularidad en las redes, creando grupos privados o publicando contenido que dependiendo de la cantidad de interacciones puede representar mayores o menores ganancias particulares. Igualmente, los usuarios podrán compartir aplicaciones, juegos, archivos y paginas web que representarán criptomonedas el día de mañana.
De esta forma, la famosa aplicación impulsará un mercado en donde el dinero es generado por los usuarios fruto de interacciones, lo que podría generar un nuevo y nunca antes visto furor en aplicaciones como Facebook, Twitter e Instragram. Un ecosistema en donde los likes, las publicaciones, los mensajes, los seguidores, las vistas y la difusión de contenido generarán ingresos directos a todos los usuarios de Internet.