La Autoridad de Mercados Financieros (AMF, por sus siglas en francés), institución reguladora de la provincia de Quebec, Canadá, se ha unido al consorcio R3CEV y ha inaugurado recientemente un laboratorio de fintech para investigar tecnologías emergentes, entre ellas blockchain.
En este laboratorio se estudiarán nuevas tecnologías en su concepto y ejecución, no modelos de negocios en torno a las mismas. De esta forma, la entidad estudiará cuáles son las posibles cláusulas legales a emitir para adaptarse a este escenario. Además, se estudiará de que manera la AMF podría utilizar las FinTech para mejorar sus procesos.
Al crear un espacio de ideas, el organismo invitará a estudiantes universitarios de ingeniería informática y tecnología para trabajar en calidad de pasantes en los diferentes proyectos, bajo la supervisión de profesionales en fintech. La autoridad se une también al consorcio R3CEV para obtener información y asesoría de parte de otras entidades reguladoras que integran el consorcio. De igual manera, en el comunicado se señala que la AMF se encuentra estudiando establecer alianzas con otras entidades, aunque no se indicó cuáles podrían ser; agregando que a finales de 2017 se publicará un estudio completo sobre tecnologías financieras.
El consorcio R3 incluye a más de 80 instituciones financieras en su marco de desarrollo de aplicaciones blockchain, aunque recientemente algunos agentes importantes se han retirado de este consorcio, poniendo en tela de juicio la viabilidad de los proyectos esta organización. Sin embargo, es algo que depende muy puntualmente de la experiencia singular de cada participante y no implica que este tipo de organizaciones sean por defecto ineficientes.
AUTORIDADES FOMENTAN REGULACIÓN AMISTOSA
Recientemente se celebró una reunión entre las autoridades regulatorias, startups, bancos, académicos y expertos para motivar el desarrollo e innovación fintech, donde todos coincidieron en que este objetivo no se está logrando potencialmente en Canadá, principalmente por la falta de confianza de las grandes instituciones, así como la falta de impulso para que las startups puedan crecer. Agregaron que los estatutos legales aplicables no se ajustan del todo a la situación. Finalmente, se llegó a varias conclusiones:
- La regulación es necesaria: Concluyen con que la regulación promueve los logros en las políticas públicas, tales como el resguardo de la privacidad y combatir los crímenes financieros. Así como motivan a realizar negocios gracias a la confianza generada.
- La regulación existente es numerosa, compleja y dispersa: Señalan que existe cierta confusión para las startups innovadoras en comenzar a trabajar teniendo en cuenta ciertas regulaciones federales y regionales.
- La regulación debe ser flexible y tecnológicamente neutral: Eliminar la rigidez de las regulaciones tecnológicas puede ahuyentar los modelos de negocio y desarrollo basados en la innovación, así como evitar su crecimiento y expansión.
- También hay barreras no regulatorias: las empresas deben ganarse en su labor la confianza de los usuarios y demás instituciones financieras convencionales.
- Algo se está haciendo: las autoridades están tomando importantes iniciativas regulatorias para estimular la innovación de FinTech, pero al mismo tiempo para conocer y manejar los riesgos asociados a esta actividad.
Más adelante, en otro documento publicado por el gobierno de Canadá, se confirma la intención de no excederse en la regulación creada:
La regulación es necesaria, pero demasiada sería una barrera para la innovación. La necesidad de crear regulación apropiada no se discute. Sin embargo, se reconoce el rol esencial que la regulación desempeña en dotar de confianza al consumidor. Sin embargo, necesitamos menos regulación, más flexible, más simples regulaciones, que sean neutrales, si queremos estimular la confianza en el sector. Esta regulación debe ser menos prescriptiva y más basada en principios que permitan a los negocios responder a las demandas del mercado.
Competition Bureau