Este artículo fue proporcionado por Fernando Fernández, abogado consultor en Derecho Penal Económico/Criminal Compliance. Ética de los negocios y Derechos Humanos. Fue ponente sobre aspectos legales de las criptomonedas en la conferencia “Hablemos de Bitcoin y Blockchain”, organizada por la firma de servicios profesionales PwC en Caracas, Venezuela.
Es un producto legítimo. Gracias a la iniciativa de PWC, coordinada por Roberto Sánchez y Edwin Orrico, así como al portal Criptonoticias dirigido por Héctor Cárdenas, se hizo en Caracas, la primera reunión de debate abierto sobre el tema de las criptomonedas. El III Milenio será el espacio temporal en el cual este inconmensurable potencial se desarrollará y dará nuevos frutos. Sócrates dijo que la ignorancia es la madre de todos los problemas, lo cual nos lleva a abrir nuevos caminos de sabiduría gracias a la informática, acompañada del Derecho como cauce para las actividades legítimas del ser humano. Se necesita estar protegido ante los posibles desmanes de depredadores, así como de los errores o abusos de burócratas.
Criptomoneda ¿Qué es? ¿Se trata de un proceso o un producto? ¿Es dinero o mercancía (commodity) intangible? ¿Es delito o legítimo? ¿Todo productor es delincuente? Buenas preguntas. La “naturaleza” de esta nueva realidad virtual todavía carece de consenso en la comunidad legal. Los gobiernos todavía no están de acuerdo, pero se han dado unos pasos interesantes. Este avance se ha expresado en algunas interpretaciones. En todo caso, las evidencias indican que (i) las criptomonedas son productos virtuales legítimos; (ii) su uso es permitido; y (iii) el criptoproductor no es un delincuente por el hecho de producirlas. El Código Penal venezolano excluye de responsabilidad penal a quien haga uso legítimo de un derecho. Pero, se requiere de legislación para brindar seguridad jurídica a los criptoemprendedores y sus negocios. Mi opinión es que la criptomoneda es un producto legítimo, pero que requiere de legislación que la tutele para evitar abusos, extorsiones, otros delitos y errores: en eso coincido con los expertos en ciberseguridad y de seguridad de la información.
La revolución del conocimiento ha producido una nueva realidad virtual: el Bitcoin y otras criptomonedas alternativas (unas 170, aproximadamente). La aparente paradoja entre lo real y lo virtual es un tema de mucho interés para el Derecho, acostumbrado, desde los romanos hasta nuestros días, a crear ficciones jurídicas para dar “naturaleza” a conceptos, valores, principios y bienes jurídicos intangibles (la persona jurídica y el Estado, son los mejores ejemplos de intangibilidad). La razón, la lógica y las costumbres son infinitas fuentes del Derecho.
Así las cosas, desde el año 2015 la Comisión del Comercio de Mercancías de Futuros de los EE.UU. ( Ver: Commodity Futures Trading Commission o “CFTC”) declaró su competencia para supervisar estos negocios, según la Ley de Intercambio de Mercancías (Commodity Exchange Act “CEA”). Ello abre un mundo de posibilidades de negocios lícitos al concebirse las criptomonedas como mercancías producidas masivamente. Asimismo, la ciudad de Nueva York exige tener una licencia para realizar estas actividades económicas: “… El primer marco regulatorio para las firmas de monedas digitales en New York fue anunciado por el Superintendente de Servicios Fiscales, Benjamin Lawsky, el 3 de junio del presente año (2015). Del marco legal, Lawsky establece que es el fruto de dos años de investigación para ofrecer protección al consumidor, evitar lavado de dinero y establecer unas reglas de ciberseguridad adaptadas a las compañías que trabajan con monedas digitales”. Por otro lado, en Europa, se le considera una moneda, exenta de impuestos. Ambas posturas reafirman el carácter legítimo de la actividad de producir y negociar criptomonedas.
No es fácil hacerse rico con las criptomonedas, las cuales, por su definición descentralizada y variante pueden fluctuar de valor con relación a la moneda real de referencia: el dólar o el euro.
No obstante, al Bitcoin se le consideró en 2016 como la mejor inversión del año frente a cualquier otra divisa, con un valor promedio de US$ 900 la unidad, durante dicho año. Esa misma fuente afirma: “… Quizás la más famosa de las criptomonedas, Bitcoin, alcanzó un récord en su valor en dólares esta semana, sobrepasando el valor de la onza de oro y, por mucho, el ritmo de crecimiento de otras monedas fuertes como el dólar: llegó a los US$ 1.238 dólares por unidad. De hecho, en los últimos tres años en los que su valor ha subido y descendido cíclicamente, suma mejores perspectivas que el dólar o el euro, y no solo en nuestro país (Argentina)”.
Otras de las dificultades causadas por no haber legislación que tutele esta actividad legítima son los abusos a derechos humanos, las estafas, extorsiones (concusión) y otros delitos, como el lavado de activos producto de delitos previos, que pueden cometerse en momentos de gran auge del negocio de las criptomonedas, abusando de la confianza de quienes creen que el carácter anónimo de la transacción es la mejor elección. Nada más erróneo: los depredadores y corruptos buscan incautos. Ya lo han denunciado públicamente en el extranjero. El Ministerio Público y el Poder Judicial deberían poner orden en el caos actual, por los momentos.
En Florida, EE.UU., se ha iniciado una campaña para pedir al Congreso que se legisle en la materia: “… Miami se ha convertido en un centro de cultivo de bitcoins y algunos fiscales federales consideran que se debe a la reputación del Sur de la Florida como un lugar para el lavado del dinero y el tráfico de drogas…”.
En fin, lo ideal es que Venezuela legisle, se regularice y defienda la actividad económica derivada de las criptomonedas, lo cual será de mucha importancia para recuperar la economía, luego de la postración en la cual la han sumido con pésimas políticas. Mientras, la mejor opción es la transparencia y la reputación de cada producto que se elija, así como la credibilidad de quien genera la criptomoneda. “Conoce a tu cliente” es la mejor precaución y la mayor garantía del éxito para cualquiera. Las criptomonedas son legítimas, no un delito.